18 agosto 2020

UN ATENEO OBRERO, NO LIBERTARIO

  

Me explico, el Ateneo Obrero de Santander no era exactamente un Ateneo Libertario, si tenía su sede (o al menos la tuvo durante mucho tiempo) en el Centro Obrero de la calle Primero de mayo, de Santander, pero ese Centro había servido desde finales del siglo XIX y hasta 1921 de domicilio social de todas las sociedades obreras de la ciudad, hasta que en ese año se produjo una separación entre las de orientación anarquista y las socialistas. Las primeras, que constituyen la Federación en Entidades Locales, permanecieron en ese local y las socialistas inauguraron la Casa del Pueblo, en la calle Magallanes, como Federación Obrera Montañesa.

Recomiendo  Los ateneos libertarios en España (1931-1939), (2016), del profesor Javier Navarro Navarro, de la Universitat de València, un libro de pequeño formato y solo 80 páginas en el que trata muy bien este asunto de los diferenes ateneos anarquistas, aunque no es el tema central del trabajo.

El Centro Obrero acogía al Ateneo, pero era una época en la que no estaba tan lejano el concepto de anarcosindicalismo y sindicalismo socialista, de hecho, solo hay que conocer las historias de algunos sindicatos y de algunos de sus líderes para comprobarlo. Uno de los primeros presidentes, si no el primero, de este ateneo fue Jerónimo Campano, concejal socialista del Ayuntaminto de Santander. no me quiero extender más en este asunto, pero quería dejar clara la posición desde la que trabajo.

12 agosto 2020

EL ATENEO OBRERO DE SANTANDER, 1929-1936

En 1929 un grupo de trabajadores que frecuentaban el Centro Obrero de Santander, situado en la calle Primero de mayo, decidieron crear un ateneo que cubriera una necesidad que echaban de menos en el Ateneo Popular (del que muchos eran socios), una mayor implicación con el proletariado santanderino.

En el mes de diciembre 1929 lograron hacer realidad su objetivo y días antes de que terminara el año, el Ateneo Obrero de Santander era inscrito en el Libro de Asociaciones del Gobierno Civil. Empezaba así una historia que pretendo reconstruir, en la medida de mis posibilidades, ya que en la actualidad no conozco (lo que no tiene nada de raro dados los años transcurridos) a nadie que fuera socio del mismo, ni tampoco a nadie que tenga alguna documentación que pudiera serme útil en este nuevo proyecto. De modo que, si no hay sorpresas, las únicas herramientas para edificar esta historia son las que pueda encontrar en archivos y bibliotecas.

Esta labor me acercará al mundo del anarcosindicalismo, totalmente desconocido para mi y apenas tratado (y creo que en este caso "apenas" es mucho) por historiadores "profesionales" (como a ellos les gusta llamarse) o aficionados como yo, que fijamos nuestra mirada en aquellos rincones de la historia donde los profesionales no encuentran nada interesante, solo hay personas corrientes.